la historia de la Asociación Pro Derechos de los/as Confinados/as, Asociación Ñeta, y de su líder máximo, Carlos Torres Iriarte, mejor conocido como Carlos La Sombra. Carlos comenzó su vida de encarcelamientos a la edad de trece años. Durante el verano de 1973 dirigió un motín carcelario en la cárcel La Princesa, buscando mejores condiciones para los confinados. Luego participa en otro motín en el 1975, lo que motivó su traslado a la Penitenciaria Estatal de Río Piedras, el Oso Blanco. Cuando cierran la cárcel La Princesa en el año 1978, los confinados fueron trasladados a la nueva Institución Regional Metropolitana de Bayamón. En este entonces Carlos La Sombra organiza lo que hasta ahora se conoce como la primera organización colectiva de confinados, "Asociación de Confinados Humildes".
Otros nombres fueron; la Asociación con la Revolución, y la Asociación Pro Derechos de los Confinados.
¿Qué estaba sucediendo en las cárceles? A partir de la década de los 70, y principios de los 80, el sistema penal en Puerto Rico sufre su mayor deterioro institucional. El mismo se caracteriza por el hacinamiento, el ocio, el deterioro de las facilidades físicas, la falta de servicios de salud, la mala nutrición, castigos crueles, la falta de programas educativos y de rehabilitación, etc. Cuando el gobierno no asegura el bienestar y la protección de los confinados puertorriqueños, se fomentó la dinámica organizacional entre ellos. En otras palabras, como no les protegían sus vidas, estos decidieron tomar la responsabilidad de protegerse a sí mismos, encontrando en los grupos organizados un mecanismo de cambio institucional. La respuesta por parte del gobierno no se hizo esperar, rechazando por completo el orden de resistencia de los confinados, y utilizando la represión.
Durante el 1979-1982 se desata en Puerto Rico lo que algunos/as han identificado como "la guerra civil carcelaria". En el 1976, con el cierre del Oso Blanco para ser remodelado, la mayor parte de la membresía de la Asociación de Confinados Humildes se tuvo que trasladar a otras instituciones, dando la oportunidad a que se organizaran capítulos de la Asociación en otras instituciones penales. Fue en Bayamón, donde luego se decidió eliminar el adjetivo, humilde, del nombre de la Asociación, quedando solo la Asociación de Confinados. Es también en esta cárcel que por primera vez se podía ver claramente la existencia de dos grupos en conflictos. Por un lado la Asociación de Confinados (los de Monacillos, o Asociación Ñeta), y por otro el Movimiento 27 de junio de 1980 (los de Manuel A. Pérez, o los 27, o los insectos).
Como los conflictos entre ambos bandos seguían escalando el gobierno decidió separarlos enviando al Centro de Detención Regional de Guayama a los del Movimiento 27 de junio, y al Monoloro (sección de seguridad máxima del Oso Blanco) y la Cárcel de Distrito de Ponce a los de la Asociación Ñeta. En el caso particular de Carlos La Sombra, más allá de su concienciar a través de la lectura, hay que reconocer que su formación política fue en gran manera impactada positivamente por diferentes personalidades. Por un lado en uno de sus encarcelamientos conoció y compartió con miembros del Partido Nacionalista Puertorriqueño, Don Bernardo (Díaz-Díaz) y Don Ñito, héroes nacionalistas condenados 22 años de prisión. También en el 1970 se encuentra con Rubén Berrios, del Partido Independentista Puertorriqueño, encarcelado por actos de desobediencia civil para sacar a la Marina de Guerra de los Estados Unidos de Culebra, Puerto Rico. Luego establece amistad con Juan Mari Bras y Carlos Gallisá, ambos del Partido Socialista Puertorriqueño. Con toda esta experiencia, primeramente se convirtió en un fiel creyente y practicante del independentismo, y más adelante abrazó también al movimiento socialista. Carlos comprendió que una verdadera reforma del sistema carcelario tiene que estar conectada a la descolonización e independencia de Puerto Rico.
Dedicó los últimos años de su vida a combatir la corrupción en las prisiones, sobretodo a los confinados o guardias penales que estaban envueltos.
El 30 de marzo de 1981 a la edad de 35 años fallece de un disparo en la frente y varias puñaladas, en manos de confinados que pertenecían al grupo de los insectos, en el Oso Blanco. Por otro lado, el 30 de septiembre de 1981 se origina el mayor motín que haya habido en la Penitenciaria Estatal de Río Piedras, y en el mismo murió de 245 puñaladas Manota Ayala, líder de los insectos, responsable de orquestar el asesinato de Carlos La Sombra.
lunes, 17 de marzo de 2008
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario